Resumen:
El diafragma se considera el músculo más importante para la inhalación después de
los músculos escalenos, intercostales y esternocleidomastoideos. Su correcto
funcionamiento es esencial para una ventilación adecuada y la función de los
pulmones, el diafragma se contrae hacia abajo para provocar una presión intratorácica
negativa que permita la expansión pulmonar y el flujo pasivo de aire hacia los pulmones
para el intercambio gaseoso. También es una barrera importante que separa las
cavidades abdominal y torácica1,2.
Durante la inspiración pasiva, la forma de cúpula del diafragma cambia muy poco y la
acción muscular provoca un acortamiento de la zona de aposición (área en la que la
caja torácica inferior y el diafragma están en contacto directo) que hace que el
diafragma se mueva caudalmente como un pistón, aumentando así la presión
abdominal y disminuyendo la presión pleural. Esta última se transmite al pulmón,
provocando su insuflación, y a la pared costal, que tenderá a colapsarse. Esta acción
se compensa con un aumento de la presión abdominal, que hace que la caja torácica
se expanda en la zona de aposición y la contracción del diafragma en las costillas
inferiores, que también abre la caja torácica. El diafragma está inervado por el nervio
frénico por separado en los hemidiafragmas izquierdo y derecho. El nervio frénico está
compuesto por raíces nerviosas cervicales que nacen de las raíces nerviosas C3-C5