Resumen:
El manejo de líquidos y electrolitos es crítico cuando se manejan recién nacidos de alto
riesgo como los neonatos prematuros, siendo uno de los problemas importantes el
manejo adecuado de sus requerimientos hídricos y de sodio, en los últimos años se
hace hincapié en la importancia de proporcionar al prematuro unos aportes adecuados
de sodio especialmente después de la segunda semana de vida, para evitar la
hiponatremia tardía. Estudios actuales recomiendan suplementar con este electrolito
los líquidos intravenosos de los recién nacidos prematuros, en los primeros días de
vida para permitir una correcta adaptación metabólica a la vida extrauterina. Por lo
tanto el objetivo es evaluar la asociación entre los cambios de sodio en la primera
semana de vida y los días de estancia hospitalaria en los recién nacidos prematuros de
la UCIN. Con un estudio de cohorte prospectivo, en la Unidad de Cuidados Intensivos
Neonatales del Hospital Central Dr. “Ignacio Morones Prieto”, se incluyeron a todos los
prematuros que ingresaron y que contaban con dos determinaciones de sodio en la
primera semana de vida, encontrando mediante un modelo de regresión lineal
multivariable que no existe asociación significativa entre los días de estancia al alta y el
delta de sodio en prematuros esto probablemente debido a la gran variabilidad de
factores externos que influyen en el desarrollo de complicaciones de estos pacientes.
Se encontró además que un 14.6% de los RN pretérmino cursó con DRA, mucho
mayor que el registrado en 2021, en este mismo hospital, con un reporte de 7.6% en un
estudio en donde la monitorización de creatinina se llevó de forma estricta a las 24, 48
y 72 h. Por lo que concluimos que es necesario hacer un seguimiento estricto de las
variaciones de electrolitos séricos y química sanguínea a las 24, 48 y 72 h para tratar
de disminuir la lesión renal aguda y brindar el requerimiento adecuado de electrolitos, y
con ello ofrecer una mejor calidad en la atención en nuestros pacientes, además
sugerimos incluir aporte de sodio, al menos en 1-3 mEq/kg, en los líquidos o soluciones
de nutrición parenteral como se recomienda actualmente.