Abstract:
La sepsis se caracteriza por ser un síndrome en el cual existen alteraciones
fisiopatológicas así como anomalías bioquímicas inducidas por un proceso
infeccioso él cual se define como la disfunción de órganos que pone en peligro la
vida causada por una respuesta mal regulada del huésped; el choque séptico se
define como una sepsis en la cual existe una disfunción circulatoria, celular y
anormalidades metabólicas que se asocian a un mayor riesgo de mortalidad, a
estos pacientes los podemos identificar principalmente porque requieren apoyo
con vasopresores para mantener una presión arterial media de 65mmHg o mayor
y un nivel de lactato en suero mayor de 2mmol/L (18mg/dl o más) en ausencia de
hipovolemia, esta combinación se asocia con tasas altas de mortalidad
hospitalaria. En México no conocemos la incidencia, la prevalencia ni el impacto
clínico y es subestimada por las autoridades de salud y el personal médico. Así
mismo no contamos con datos exactos sobre el comportamiento de la sepsis, pero
se reconoce una mortalidad que llega a ser aproximadamente del 27-59%, con
días de estancias hospitalarias prolongados y elevados costos en la atención de la
salud de los pacientes, también es una de las principales causas de ingreso a las
Unidades de cuidados intensivos (UCI), con una alta mortalidad.
En la reciente publicación del Tercer Consenso de Definición de Sepsis y Choque
Séptico se propone la evaluación secuencial rápida con el QSOFA (quick
Sequential Organ Function Assesment) en pacientes con sospecha de sepsis que pretende ser una escala fácil de aplicar identificando y estratificando a los
pacientes en riesgo desde un inicio y así disminuir el tiempo de inicio de
tratamiento adecuado para el paciente séptico impactando en las tasas de
mortalidad así como en los días de estancia hospitalaria, sin embargo aún es
controvertida la aplicación sistemática de estos criterios para la predicción de la
mortalidad en los pacientes críticos.
Esta herramienta QSOFA incluye exclusivamente criterios clínicos y fácilmente
valorables y aplicables al pie de la cama del paciente en una forma rápida, estos
criterios son: el nivel de conciencia con puntaje positivo en caso de cualquier
alteración del estado mental, medición de la tensión arterial sistólica igual o menor
a 100 mmHg y la frecuencia respiratoria igual o mayor a 22 respiraciones por
minuto, se necesitan al menos 2 de los 3 criterios presentes para presentar una
validez predictiva similar a la escala SOFA (Sequential Organ Function
Assesment) que es hasta ahora la más aceptada para detectar a aquellos
pacientes con sospecha de infección y probabilidad de presentar una evolución
desfavorable por lo que se considera útil aplicarlo en aquellos pacientes de forma
inicial en pacientes con alto riesgo y mal pronóstico.
Se ha visto que las infecciones son una causa frecuente de consulta en el área de
urgencias pediátricas y urgencias adultos; se ha visto una relación directa con la
presencia de factores de riesgo como la presencia de comorbilidades que a su vez
están asociadas a una mayor resistencia de los microorganismos que les ataca,
edad avanzada (mayor de 65 años) es la más vulnerable debido a los cambios
fisiológicos propios del envejecimiento aunado a la polifarmacia, instrumentación y
procedimientos invasivos, así como el contacto frecuente con los servicios de
salud hospitalarios, lo que los hace vulnerables al presentar cuadros muchos más
atípicos aumentando el retraso en el diagnóstico y por lo tanto un retraso en el
tratamiento y un pronóstico sombrío en los pacientes.