Abstract:
Las enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer, demencia frontotemporal y atrofia de
múltiples sistemas, implican una pérdida neuronal progresiva, con factores genéticos,
epigenéticos y ambientales involucrados, incluida la calidad del sueño (1). El sueño deficiente
favorece la acumulación de proteínas disfuncionales (β-amiloide, tau y alfa-sinucleína),
contribuyendo a la neurodegeneración y reduciendo el aclaramiento glinfático (2,3). Estas
enfermedades alteran los circuitos cortico-subcorticales que regulan el ciclo circadiano, causando
trastornos del sueño que afectan la calidad de vida del paciente y aumentan la carga de los
cuidadores, con riesgo de caídas por somnolencia diurna.
Objetivo y métodos: El diseño del estudio es transversal y analítico con el objetivo evaluar la
calidad del sueño en pacientes con diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas y
compararla con grupo control, con 60 participantes, 30 por cada grupo. Para evaluar el sueño, se
utilizó el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (ICSP) (4), que mide calidad subjetiva, latencia,
duración, eficiencia, alteraciones, uso de medicación y disfunción diurna (16,17).
Resultados: el 86.7% de los pacientes con enfermedades neurodegenerativas presentaron
deficiente calidad del sueño, comparado con el 66.7% del grupo control. Dentro del subanálisis,
una mala calidad del sueño con un puntaje del ICSP > a 10 fue significativamente más frecuente
en el grupo de pacientes (66.7%) en comparación con los controles (30.0%); siendo la
fragmentación del sueño el trastorno más frecuente (24%) seguido del insomnio de conciliación
(18%). Sin embargo, en el grupo control también se encontró frecuencia alta de fragmentación
del sueño, debida principalmente a nicturia (80%), que contribuye a que el 30% tengan una mala
calidad de sueño (>10 puntos).
La diferencia fue estadísticamente significativa (p = 0.020), indicando que los pacientes con
enfermedades neurodegenerativas presentan una calidad del sueño sustancialmente peor.
Conclusiones
Este estudio evidencia que los trastornos del sueño son altamente prevalentes en la población
con enfermedades neurodegenerativas, siendo el insomnio de conciliación y fragmentación del
sueño los trastornos más frecuentes. Sin embargo, destaca también que la población general no
goza de una buena calidad de sueño, lo cual es un punto de oportunidad en todas las áreas
médicas, para implementar medidas de higiene del sueño, así como estudios paraclínicos para
abordaje etiológico de patologías no diagnosticadas.