Resumen:
El trasplante renal constituye la modalidad de terapia de reemplazo renal de elección
en pacientes con enfermedad renal crónica por su costo efectividad1, mejor calidad de
vida2 y mayor sobrevida a largo plazo3 que confiere a los pacientes en comparación
con la población que permanece en diálisis.
La sobrevida del paciente y del injerto a un año han mejorado de forma considerable a
partir del el uso fármacos inmunosupresores como los inhibidores de calcineurina y
micofenolato de mofetilo4, mejores técnicas para evaluación inmunológica, vigilancia y
profilaxis de infecciones; sin embargo la sobrevida del injerto a corto plazo no traduce
forzosamente mejoría de la sobrevida a largo plazo, por lo que la pérdida del injerto
tardía continúa siendo un tema de gran relevancia 5,6.
Por lo anterior, es importante evaluar factores asociados a pérdida del injerto más allá
del primer año posterior al trasplante renal. Con este objetivo se han realizado estudios
que evalúan el valor pronóstico de factores demográficos, clínicos, inmunológicos e
histológicos y la combinación de éstos en puntajes o scores. (Tabla 1.) El objetivo de
estos puntajes ha sido predecir el riesgo de pérdida del injerto hasta 10 años post
trasplante.