Resumen:
La prevalencia de la deficiencia transversal del maxilar se estima en 23.3% de la
población en dentición temporal y hasta en un 30% en la población en dentición
permanente (1). Es uno de los problemas que se observan con alta frecuencia en
ortodoncia, sus alteraciones se encuentran en ambos planos: transversal y sagital, los
signos más característicos más más allá de una mordida cruzada anterior o posterior,
ya que también existe deficiencia transversal sin presentarse mordida cruzada, con
dientes inclinados vestibularmente con curva de Wilson marcada y en pacientes que
presentan corredores bucales amplios (2). Para la valoración en sentido transversal de
la maloclusión, los profesionales realizan análisis clínicos de modelos e
imagenológicos, haciendo esta valoración más precisa y fundamental para el
diagnóstico y tratamiento según lo requiera el paciente (3).
El momento ideal para el tratamiento de ortodoncia varía según la maloclusión de cada
paciente, pero las discrepancias transversales deben tratarse lo antes posible, ya que
el momento del inicio del tratamiento puede ser crítico cuando el tratamiento se emplea
demasiado tarde (4). La expansión rápida maxilar está indicada para una serie de
situaciones clínicas, concretamente cuando existe mordida cruzada posterior
(unilateral o bilateral) y en algunos casos de apiñamiento y resalte anterior limitado y
en pacientes con maxilar estrecho. La deficiencia transversal del maxilar puede ser de
origen esquelético, dental o tanto esquelético como dental (5).
Las opciones de tratamiento disponibles para los ortodoncistas para llevar a cabo una
expansión maxilar incluyen expansores dentales con o sin soporte acrílico, dispositivos
de expansión osteosoportados sostenidos por dispositivos de anclaje temporal
(esqueléticos), así como expansión rápida asistida quirúrgicamente (6).
Se necesita un método confiable para evaluar la maduración de la sutura media
palatina para complementar el diagnóstico y mejorar la toma de decisiones clínicas,
dirigidas hacia la expansión quirúrgica o no quirúrgica, en pacientes adolescentes y
adultos jóvenes (6).