Abstract:
Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un término usado para describir una
constelación de signos y síntomas, relacionados todos con un neurodesarrollo anormal. Tiene una presentación heterogénea, sin embargo, se pueden considerar ciertas
características como esenciales para su diagnóstico: los pacientes presentan una discapacidad permanente en la comunicación e interacción social, además de patrones
restringidos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades. Estas particularidades se presentan desde la niñez temprana y limitan el funcionamiento diario
del paciente1
.
Los intentos de reconocer al TEA como una entidad clínica única vienen desde el
siglo XV2
, aunque no se le denominó ’autismo’ sino hasta la década de los 40s3
.
Actualmente, se reconoce que el TEA es un padecimiento que posee un espectro
amplio de presentaciones clínicas, con manifestaciones que van desde alteraciones
muy leves del comportamiento y la comunicación, hasta deficiencias sensoriales e
intelectuales severas que requieren de intervenciones permanentes por parte de los
cuidadores4
. Esta heterogeneidad ha complicado el estudio de esta enfermedad, así
como su diagnóstico. Sin embargo, en tiempos recientes se ha reconocido el papel
que varios factores de riesgo juegan como contribuyentes a la aparición del trastorno. Una característica recientemente reconocida del TEA es que su diagnóstico,
aunque preferentemente hecho durante los primeros años de vida, puede ser realizado incluso en la edad adulta temprana, puesto que se conoce ahora que algunas
características del mismo pueden no volverse notorias hasta que las exigencias sociales en la vida del paciente exceden sus capacidades5
.
Epidemiología. La prevalencia del TEA se calcula a nivel global en 1 de cada 132
personas (7.6 por cada 1000)6
; en países desarrollados es alrededor de 60 por cada
10,0007
. Los niños se ven más afectados que las niñas por este trastorno, en una
razón media de 4.3:17
, aunque se ha encontrado que la variabilidad de esta cifra es
alta, llegando otros investigadores a calcular una relación de 3:18
.
Datos del 20189
señalan que en México existen alrededor de 5.5 millones de personas con trastornos del desarrollo intelectual, entre los cuales se encuentra el TEA.
En un estudio de 2016, en la ciudad de León, Guanajuato, se estimó la prevalencia
entre niños de ocho años en 0.87 % [95 % CI (0.62-1.1)]10