Abstract:
El trastorno bipolar (TB) es una enfermedad mental crónica asociada con episodios
depresivos, maniacos y mixtos, la cual se relaciona fisiopatológicamente con otros
problemas en la función cerebral1,2, que puede explicar la conexión específica entre
fenómenos neurobiológicos, síntomas clínicos y comorbilidades, por lo cual una mejor
comprensión en la relación entre estos fenómenos llevará a tener mejores tratamientos
para las personas que la padecen1.
El TB tiene una prevalencia cercana al 1% independientemente del género u origen
étnico1,2. La determinación precisa de la prevalencia depende de la detección de la
enfermedad y de la definición usada para trastorno bipolar. A lo largo del tiempo se han
usado diferentes criterios para definir la enfermedad, con el uso de distintos instrumentos
diagnósticos en diferentes muestras poblacionales2. Así cuando se realizan ajustes más
amplios en la presentación y duración de los criterios diagnósticos, la prevalencia del
trastorno bipolar se acerca al 6.5% con un nivel de disfunción igual al que se tiene con
criterios más exigentes (actuales) que reflejan una prevalencia del 1.3%3. En general se
estima que la prevalencia a nivel mundial se encuentra en un rango del 0.4% al 1.7% 1,2,4.
En México, de acuerdo con la encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica (ENEP), los
trastornos mentales con mayor frecuencia son los trastornos de ansiedad, los trastornos
depresivos, el trastorno por déficit de atención, esquizofrenia, trastorno bipolar y los
relacionados con el uso de sustancias, siendo la prevalencia de la enfermedad entre el 0.9
y el 1.8 siendo prácticamente la misma que a nivel mundial5. En San Luis Potosí no se cuenta
con una estadística respecto a prevalencia e incidencia, sin embargo, en la Clínica
Psiquiátrica “Dr. Everardo Neumann Peña” se tienen registrados 830 pacientes que acuden
regularmente a tratamiento6. En el 2018 se atendieron 1048 consultas en el servicio de
consulta externa con este diagnóstico, hubo 148 ingresos con diagnóstico de trastorno
bipolar y 96 internamientos en fase de manía.6
Desde su conceptualización se ha intentado dotar de parámetros paraclínicos
etiopatológicos o fisiopatológicos, a los sistemas de clasificación, sin embargo, no ha sido
posible su inclusión por la dificultad de medición, y consistencia de dichos parámetros.2 Así
las características clínicas de presentación en los sistemas clasificatorios vigentes, como el
Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM 5)7 y el Sistema de
Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 10)8, siguen siendo los sistemas donde
basamos los criterios diagnósticos para dar seguimiento a la propia enfermedad. En estos
criterios se contempla la diferenciación de episodios en maniacos, depresivos e
hipomaniacos, que no son debidos por alguna otra condición médica7,8.