Resumen:
El patrimonio arquitectónico es un factor determinante en la conformación
de la identidad de un pueblo, es a través de los edificios que se expresan las
creencias, las formas de pensamiento, de vida y la interacción que existe entre los
habitantes.
Los edificios históricos no solo son muestra de como fue una ciudad,
también nos dan pistas de como la sociedad que los habita interactúa y evoluciona
a través del tiempo, nos muestran la adaptación que existe entre el patrimonio y
la sociedad con el constante cambio que se vive en el mundo actual.
En el Centro Histórico de Zacatecas, el patrimonio es un componente
determinante para la sociedad, es uno de los principales elementos en la
conformación de la identidad cultural y genera condiciones de apropiación y
arraigo para las personas que interactúan con él. Además, se ha convertido en un
detonante económico, social y cultural en la región.
La conservación, restauración y cuidado de estos edificios y sitios es
fundamental para conservar el valor histórico, estético y artístico que representan,
por lo que en diferentes etapas de la historia se han generado estrategias que
favorezcan la preservación del legado arquitectónico y urbano.
En Zacatecas se suscitaron distintos eventos que favorecieron las
intervenciones en el patrimonio, desde los cambios culturales con la llegada de
españoles y otros pueblos indígenas a la región, así como la adopción de la nueva
religión y las nuevas ordenanzas basadas en el pensamiento español.
Los enfrentamientos bélicos y las reformas sociales y políticas fueron
fenómenos que afectaron al patrimonio de manera importante, sin embargo, fue
gracias a estos sucesos que comenzó la preocupación por preservar y restaurar
el patrimonio y crear una identidad a partir de este. La identidad del nuevo pueblo
mexicano que rescato sus raíces prehispánicas y adopto los elementos de la
cultura impuesta durante la conquista.
En Zacatecas las primeras manifestaciones sociales significativas para la
recuperación del patrimonio surgen después de la revolución y la guerra cristera,
a mediados de los años 1950, en un periodo de reestructuración política, social y
económico, en la búsqueda de la recuperación de lo perdido y de la protección de
lo afectado.
Con el éxito de los primeros grupos que intervienen el patrimonio, surgen
otro tipo de organizaciones, principalmente religiosas, que buscan la restauración
del patrimonio y la recuperación de lo saqueado durante los periodos de guerra y
devolver a los lugares de culto, principalmente templos católicos, sus elementos
característicos.
Posteriormente, gracias al nombramiento del Centro Histórico de la ciudad
como patrimonio de la humanidad, se experimenta un periodo de crecimiento en
la conservación y restauración de inmuebles históricos, principalmente los que se
encontraban en el primer cuadro de la ciudad y que contaban con características
particulares.
A partir de este periodo la regulación en las intervenciones al patrimonio es
mayor y las instituciones encargadas de implementar las leyes y normas
adquieren un papel protagónico.
Con el paso de los años la conservación y la restauración del patrimonio ha
ido evolucionando, como han ido evolucionando y se han ido adaptando los
edificios y las personas que interactúan con estos, así como la forma en que ven
el patrimonio y su identificación con él.
Los cambios en la dinámica económica y social de la ciudad han modificado
la forma en que la sociedad se relaciona con el contexto, modificando el sentido
de pertenencia de los habitantes y residentes del lugar, alterando así las
dinámicas de protección y conservación del patrimonio tradicionales