Abstract:
Desde la erradicación de la polio, el Síndrome de Guillain Barré se ha convertido en la primera causa de parálisis flácida. Caracterizado por debilidad simétrica de las extremidades de predominio distal con hiporreflexia o arreflexia, presentando su máxima severidad en las primeras 4 semanas. Puede acompañarse de síntomas sensitivos, parestesias o adormecimiento. Típicamente ocurre en pacientes previamente sanos con una incidencia de 0.5 a 2 por cada 100,000 habitantes. Usualmente ocurre posterior a un proceso infeccioso en el cual la respuesta inmune genera anticuerpos que actúan de manera cruzada con gangliósidos de la membrana nerviosa resultando en un daño o bloqueo de la conducción nerviosa. Actualmente inmunoglobulina intravenosa y plasmaféresis han sido tratamientos efectivos, sin embargo, en muchos pacientes presentan una respuesta variable, curso severo de la enfermedad, dolor y déficits residuales. Este síndrome es una patología de importante morbi-mortalidad y de elevados costos para el paciente, familiares e institución tratante, por lo que se vuelve imperativo la evaluación objetiva de factores pronósticos y la evolución clínica del paciente para determinar la mejor opción terapéutica disponible.
En este estudio se evaluó un total de 80 expedientes disponibles de pacientes con Síndrome de Guillain Barré desde el año 2009 a 2018. Se consideraron como variables de mayor relevancia para el pronóstico funcional en este grupo de pacientes: la edad, infección previa al inicio de los síntomas propios de Síndrome de Guillain Barré, puntaje de severidad funcional al ingreso hospitalario, día en que se aplicó la inmunoglobulina humana posterior al inicio de los síntomas, disautonomías y manifestaciones clínicas en periodo de meseta durante 48 horas. Se encontró que a menor número de días desde el inicio de los síntomas hasta la aplicación de Inmunoglobulina (<5 días), un puntaje de severidad de 3 o menor en la escala de severidad al ingreso hospitalario, menor número de días de estancia hospitalaria (promedio 7.9 días en pacientes con mejoría de 2 puntos o más) y menor edad (<40 años), influyeron en la mejoría clínica al egreso hospitalario.