Resumen:
Introducción: La infección de piel y tejidos blandos es una de las causas que
más frecuentemente amerita terapia antimicrobiana. Ha llegado a ser la segunda
causa de admisión hospitalaria en Europa; en Estados Unidos incrementó la
admisión hasta en 29% del 2002 al 2004. La infección de piel y tejidos blandos
refleja una invasión microbiana de epidermis, dermis y tejido subcutáneo. La
infección de sitio quirúrgico (ISQ) es aquélla que ocurre en los 30 días
posteriores a la cirugía, o en el plazo de un año si se dejó un implante; afecta
piel y tejido celular subcutáneo (ISQ incisional superficial), o tejidos blandos
profundos de la incisión (ISQ incisional profunda) y/o algún órgano o espacio
manipulado durante la intervención (ISQ de órganos y espacios). Procalcitonina
es un péptido que se produce en las células C de la glándula tiroides; precursor
de la calcitonina, y en situaciones normales en el humano, sus niveles sistémicos
son indetectables o menores a 0.05 ng/mL. Durante una infección, la PCT se
libera a la circulación sin incrementar los niveles de calcitonina y su
determinación puede realizarse en plasma o suero. La importancia de este
marcador en la determinación de un proceso infeccioso de forma temprana
radica en la disminución del uso de antibióticos en forma indiscriminada en casos
no requeridos por tener niveles de PCT normales, y sobre todo en aquellos que
sí lo requieren al inicio del tratamiento, principalmente en procesos infecciosos
severos
Objetivo principal: Comparar el comportamiento de las curvas de los niveles
séricos de procalcitonina y de proteína C reactiva, con la evolución clínica de los
pacientes con infección de piel y partes blandas, infección asociada a catéter o
infección de sitio quirúrgico; por Staphylococcus aureus meticilino resistente,
internados en el Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto de la ciudad de San
Luis Potosí, SLP
Diseño de estudio: Estudio de casos y controles anidado en una cohorte.
Resultados: El estudio incluyó pacientes de junio 2016 a diciembre del 2017.
Fueron 14 pacientes los que cumplieron criterios de selección. El 48.9% de los
pacientes fueron del sexo masculino; con un rango de edad de 20 a 89 años. Los
diagnósticos infecciosos fueron: 42.8% infección de tejidos blandos, 42.8%
infección asociada a catéter y 14.2% infección de sitio quirúrgico.
El tiempo de tratamiento establecido fue de 6 a 16 días, con una media de
9.9±2.7 días. Los niveles séricos de PCT al ingreso fueron de 0 ng/mL a 2.83
ng/mL (mediana 0.020, RIC 0 - 0.11 ng/mL). Los niveles séricos de PCR fueron
desde 0.85 μg/mL a 343 μg/mL (mediana 171 RIC 65.5-217 μg/mL). Para evaluar
las modificaciones de los marcadores inflamatorios según la evolución clínica, se
obtuvo la diferencia de los niveles basales (ingreso al estudio) y los niveles al
final del tratamiento. Haciendo el análisis comparativo por grupos, no
encontramos diferencias significativas en el cambio de PCT (mejoría vs no
mejoría p= 0.347). Así tampoco se encontraron diferencias significativas en el
cambio de PCR (Mejoría vs no Mejoría p = 0.267)
Discusión: La mediana de PCT fue 0.0201 ng/mL al inicio del estudio, y el valor
máximo de 2.83 ng/mL, por lo que se infirió que, a pesar de ser infecciones
graves puramente bacterianas, las patologías evaluadas en nuestro estudio no
elevan PCT como se esperaría en la literatura. Los niveles séricos de PCR al
final del tratamiento en el grupo con mejoría clínica, no se encontraron cercanos
a los valores normales descritos en literatura (5 μg/mL) como nuestra hipótesis
sugería, incluso los niveles séricos de PCR de los pacientes sin mejoría fueron
más bajos (45.5 μg/mL vs 21 μg/mL), esto sin tener significancia estadística (p =
0.304).
Conclusión: No fue posible utilizar tanto PCR como PCT como marcador de
mejoría en pacientes con infección de tejidos blandos, infección asociada a
catéter e infección de sitio quirúrgico.