Resumen:
INTRODUCCION. Todo paciente que es sometido a una cirugía es necesario
establecer el riesgo cardiovascular, ya que gran parte de las complicaciones
cardiopulmonares y muertes ocurridas en el perioperatorio pueden ser evitadas
mediante la adecuada valoración del riesgo de cada paciente. Se considera
fundamental en la evaluación del riesgo anestésico peroperatorio, determinar la
capacidad funcional. En 1976 se da a conocer la prueba de caminata de 6
minutos por Mc Gavin y cols, útil para la evaluación de la capacidad funcional del
paciente con enfermedades cardiopulmonares así como para valorar el control de
enfermedad, terapéuticas y sometimiento a cirugía. Por lo anterior es fundamental
por medio de este estudio identificar los factores de riesgo asociados a la
caminata de 6 minutos en pacientes programados para cirugía y su impacto sobre
el ASA.
METODO. Se trata de un estudio transversal y analítico, donde se incluyeron
pacientes programados para cirugía ambulatoria de 40 a 75 años en los meses de
septiembre, octubre y noviembre de 2015. El objetivo primario fue evaluar los
factores de riesgo asociado a la caminata de 6 minutos alterada en pacientes ASA
I y II y su influencia para sugerir reclasificarlos a 3 o 4.
RESULTADOS. El total de pacientes de 40 a 75 años que pasarían a realización
de procedimiento quirúrgico ambulatorio fue de 100 en los meses de septiembre,
octubre y noviembre de 2015. Se evaluaron los metros caminados en la población
para ambos sexos que fue un promedio de 415 metros, (media 375 a 450 mts). De
los cuales los hombres fueron un promedio de 440 metros caminados (mediana
de 220 a 512 mts) y para las mujeres un promedio de 398 metros (mediana de 200
a 512 metros). Los metros caminados predichos otorgados por la ecuación de
Alameri fueron del 87% (mediana 78.8-94%). El porcentaje de caminatas alteradas
fue de 19%, de los cuales el 4% presentó desaturación, hipertensión arterial
II
postcaminata 37%. En el resultado de este análisis se descubrió que la cantidad
de metros caminados están relacionados por el sexo (femeninos p < 0.00366) las
comorbilidades (diabéticos, hipertensos p < 0.00059) y la desaturación ( p <
0.00178) para una caminata alterada. Ni el ASA ni el humo de leña influyó en el
resultado de metros caminados en la prueba de caminata de 6 minutos. Por último
se evaluó la relación entre los metros caminados y los MET’S, con el coeficiente
de correlación de Pearson, con el que no se encontró significancia estadística
(CC: 0.0818, 0.116-0.274 IC 95%, p = 0.418).
CONCLUSIONES. Ni el ASA ni la exposición del humo tuvieron un impacto
significativo sobre los metros caminados del paciente. La exposición a humo de
leña en este estudio afectó en un 7% en la caminata pero no fue estadísticamente
significativo p < 0.0173, resultado muy diferente a lo que dice la literatura. La
notoria desaturación (4%) de los pacientes que la presentaron y la hipertensión
arterial postcaminata (52%) nos pueden hacer pensar que estos pacientes
requieren ser mejor estudiados y de esta forma considerar reclasificar su ASA.
Aunque los METs y el resultado de la caminata no tuvo un resultado
estadísticamente significativo, podría estar relacionado a la falta de realizar un
interrogatorio mas intencionado del médico al paciente y por parte del paciente
hacer una descripción de los síntomas mas acertada donde datos importantes pasaron desapercibidos.