Abstract:
Las garrapatas Riphicephalus (Boophilus) microplus son artrópodos hematófagos distribuidos en zonas subtropicales y tropicales. A nivel mundial, se les considera después de los mosquitos, los principales transmisores de enfermedades como anaplasmosis y babesiosis. En la ganadería de México ocasionan excesivas pérdidas económicas. El método de control que más se ha utilizado es la aplicación de acaricidas, sin embargo, el uso continuo de esta técnica ha propiciado serias consecuencias ambientales, amenazas para la salud pública y la generación de garrapatas resistentes. El control inmunológico surgió como una alternativa de control. Las vacunas existentes en el mercado se basan en el antígeno Bm86, sin embargo, no son eficaces en todas las regiones del mundo. Gracias al surgimiento de nuevas tecnologías se ha logrado obtener proteínas de interés que pueden servir como candidatos vacunales no sólo para controlar un mayor rango de especies de garrapatas, sino también, antígenos que jueguen un papel vital en la interacción garrapata-patógeno. La subolesina es una una proteína que ha demostrado ser protectora contra las infestaciones de garrapatas, capaz de disminuir su capacidad de transmitir varios patógenos. Estudios recientes han demostrado que la infección con A. marginale en garrapatas y células del hospedador vertebrado, es capaz de cambiar la expresión del gen de subolesina. El primer objetivo de este estudio fue analizar la expresión diferencial de subolesina en glándulas salivales de R. microplus infectadas con A. marginale utilizando RT-PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa en Tiempo Real). Los resultados mostraron una sobrexpresión diferencial de subolesina en garrapatas infectadas comparadas con las no infectadas (P<0.05), respaldando su uso para desarrollar vacunas con doble efecto. A la hora de diseñar una vacuna, es necesario considerar que tenga la capacidad de inducir inmunidad específica, así como poder estimular a las células del sistema inmunológico que inducen una respuesta duradera. Por lo tanto, el segundo objetivo fue evaluar en un modelo murino, la respuesta de las células B de memoria y células plasmáticas de larga vida, contra distintos candidatos vacunales. Las poblaciones de células B (marcados B220) y células plasmáticas (CD138) se midieron en bazo, linfonodos y médula ósea a través de citometría de flujo. Las concentraciones séricas de IgG fueron también determinadas. Los resultados mostraron que el porcentaje de células B220 fue significativamente mayor en bazo a las 3, 6 y 9 semanas post-vacunación para HSP70-MSP4 y grupo control comparada con BM95-Sub-MSP1a. En contraste, los niveles de expresión de CD138 en el bazo y médula ósea de los grupos que recibieron la proteína BM95-Sub-MSP1a fue significativamente mayor comparado con el resto de los grupos (p<0.05). La respuesta de IgG, se encontró que los grupos inmunizados con ambas proteínas expresaron una tendencia de aumento en la cantidad de anticuerpos durante las 9 semanas, sin embargo, sólo el grupo con BM95-Sub-MSP1a alcanzó niveles significativos comparados con el control (p<0.05).