Resumen:
Actualmente estamos viviendo uno de los problemas mundiales de salud más graves que se han dado en los últimos 10 años lo llamamos una pandemia con la enfermedad conocida como COVID-19 enfermedad respiratoria que revoluciono y sigue revolucionando el mundo, con más de dos años de durabilidad y sin poder aun encontrar una cura o un tratamiento que lo combata en su totalidad.1
Una enfermedad considerada con daño multiorgánico que no solo afecta a nivel fisiológico si no a nivel psicosocial y psicoemocional según la OMS actualmente a nivel mundial se dieron 492 millones de casos y de ellos 6.15 millones fueron defunciones.2
Ante el momento de esta pandemia el paciente con covid-19 se analizó ver su agravamiento o repercusión por aspectos psicosociales y psicoemocionales, el cuidado humanizado es una necesidad que urge en la práctica profesional y se evidencia en las políticas, disposiciones y normativas establecidas por las entidades de salud que velan por el derecho de los pacientes y garantizan la calidad del servicio que se brinda.
El ser humano cuando sufre deterioro de su salud requiere de cuidados profesionales para lograr la adaptación y seguimiento del proceso viviendo momentos de incertidumbre por la enfermedad y los procesos de atención hospitalaria, las necesidades de los profesionales de la salud deben comprender que el paciente necesita participar de sus cuidados conjuntamente con la familia para una mejor y mayor resolución.4
Y es por eso que durante esta pandemia el cuidado humanizado no fue brindado debido a 3 factores: desconocimiento ante una nueva enfermedad, la forma de transmisión real y el indicador enfermera- paciente fue superado.
Se presenta un caso clínico de un paciente con COVID-19 desarrollando un plan de cuidados individualizado implementando la taxonomía NNN, guiado por la valoración a través de Patrones Funcionales de Salud de M. Gordon con la identificación de los principales diagnósticos de Enfermería.