Resumen:
El objetivo del presente estudio fue evaluar dietas altas en grano en corderos en finalización, sobre el crecimiento, las características de la canal, la maduración de la carne y la fermentación ruminal. Durante 42 días, 21 corderos Ramboulliet (22.1 ± 3.2 kg PV), alojados aleatoriamente en jaulas individuales, fueron alimentados con las siguientes dietas experimentales: a) 1000 g concentrado/kg MS + 0 g forraje/kg MS; b) 950 g concentrado/kg MS + 50 g forraje/kg MS; y c) 900 g concentrado/kg MS + 100 g forraje/kg MS. Diariamente, se midió el consumo de materia seca (CMS) y semanalmente el peso vivo (PV). Así, se calculó la ganancia diaria de peso (GDP) y la conversión alimentaria (CA). Al final del ensayo de crecimiento, los corderos fueron sacrificados, se evaluaron las canales y se recolectó líquido ruminal para la determinación de pH, y cuantificación de ácidos grasos volátiles. Además, se recolectaron muestras del Longissimus dorsi (LD) para el análisis de maduración de la carne. El diseño experimental fue completamente al azar y los datos fueron analizados con el procedimiento MIXED en medidas repetidas. El CMS se incrementó linealmente (P<0.05) conforme aumentó el forraje en la dieta. El PV final, la CA y el grado de conformación de las canales se afectaron cuadráticamente (P<0.05) por el nivel de forraje en la dieta, encontrándose los mejores valores en los corderos alimentados con 50 g forraje/kg MS. El rendimiento de la canal fue afectada cuadráticamente (P<0.05) por el nivel de forraje, encontrándose el mejor rendimiento con 100 g forraje/kg MS. Los corderos alimentados con concentrado sin forraje tuvieron las canales con menos grasa y los alimentados con 50 g forraje/kg MS las calificaciones más altas (P<0.05). A los 5 días de maduración del LD, los valores L*, a*, b* se modificaron cuadráticamente con el forraje de la dieta, de forma tal que los valores más altos de L* fueron en el LD de corderos alimentados con 100 g forraje/kg MS, mientras que los de a* y b* fueron para los alimentados con 50 g forraje/kg MS. Los corderos alimentados con 100 g forraje/kg MS tuvieron los valores mayores de pH, las mayores proporciones molares de propionato y butirato, pero las concentraciones menores de nitrógeno amoniacal y lactato (P<0.05). Los corderos alimentados con 50 y 100 g forraje/kg MS ofrecieron las mejores utilidades tanto en pie como en canal. Se concluye que al menos 50 g forraje/kg MS deben incluirse en las dietas para finalizar corderos, ya que este nivel de forraje ofrece mejor salud en rumen, CA, rendimiento de canal y utilidades que corderos alimentados sin forraje en su dieta.