Resumen:
Los centros de melano macrófagos (CMM) son acumulaciones de células pigmentadas, que pueden encontrarse en el parénquima de órganos como el hígado, el riñón, el bazo y las gónadas de peces, anfibios y reptiles. Se ha reportado que los CMM de peces, se ven incrementados como consecuencia de la exposición a sustancias tóxicas, así como por la edad, época del año, periodo reproductivo, nutrición y enfermedades. Los pigmentos que contienen son: melanina, hemosiderina y lipofuscina. (Agius y Roberts, 2003).
Los anfibios como el sapo gigante, se caracterizan por poseer una piel permeable y porque su ciclo de vida es tanto acuático como terrestre. Ecológicamente, los sapos ayudan a controlar ciertas plagas, ya que se alimentan de insectos, así como de otros objetos (Zug y Zug, 1979); por lo que estos organismos, representan una parte fundamental del ecosistema, así como varias vías y rutas de exposición.
Se realizó la cuantificación de los CMM en cortes histológicos del bazo de los sapos gigantes de la zona de Coatzacoalcos, Veracruz, (N=70), teñidos con tres técnicas histoquímicas para identificar los pigmentos que contienen. Las muestras se agruparon en tres tipos de sitios de acuerdo con el tipo de actividad que se desarrolla en cada uno: industrial, urbano-industrial y rural. No se encontró diferencia estadísticamente significativa entre los CMM de los tres grupos antes mencionados (ANOVA P>0.05) para ninguno de los pigmentos, sin embargo, se observó que en la zona industrial, los resultados de hemosiderina y la lipofuscina tienden a presentar mayor variabilidad, siendo la zona rural donde los datos se presentaron de forma más homogénea. Mientras que en el caso de la melanina, la zona urbana-industrial es donde se presenta la mayor variabilidad en los resultados. Es importante mencionar que la dispersión de los resultados, hace referencia a la variabilidad de exposición y a la susceptibilidad de los individuos en las zonas impactadas.
Aunque los resultados obtenidos, no fueron contundentes en cuanto a la utilidad de los CMM como biomarcadores en los sapos gigantes; no se descarta la utilidad de estos, ya que probablemente la exposición a los contaminantes, fue similar entre los sitios, ya que las condiciones ambientales (temperatura, humedad, etc.) y las características fisicoquímicas de los contaminantes favorecen su dispersión de un lugar a otro. (Walker, 2009). Aunado al hecho de que los CMM son biomarcadores inespecíficos y que por tanto pueden estar respondiendo a otros factores tanto internos como externos. (Montero y cols., 1999; Jordanova y cols., 2006; Rosseland y cols., 2007; Kranz, 1989).