Resumen:
Las fracturas expuestas por proyectil de arma de fuego en nuestro país, al igual que en el mundo entero, se han incrementado en los últimos años posiblemente por la inseguridad en la que se vive y el incremento de la violencia. De este modo, surge un problema clínico importante para los cirujanos ortopédicos que debe ser resuelto conociendo más a fondo el manejo de este tipo de lesiones. Las lesiones de bala en las extremidades pueden implicar lesiones complejas que repercuten en los tejidos blandos, los vasos, los huesos, lesiones tendinosas y nervios. Las fracturas ocasionadas por arma de fuego están incluidas en las fracturas expuestas de grado IIIa según la clasificación de Gustilo y Anderson. Gustilo desaconseja el uso de la fijación interna, en cambio, se inclina por el aseo mecánico local exhaustivo, impregnación antibiótica, antes de 6 horas transcurrida la lesión. Varios autores proponen un método de tratamiento sin lavado y desbridamiento quirúrgico en el momento del ingreso. Se ha reportado en pacientes con fractura por arma de fuego con herida de entrada y salida limpias sin desbridamiento quirúrgico al ingreso, presencia de infección similar en quienes se realizó desbridamiento quirúrgico inmediatamente. Otros autores establecen que el desbridamiento quirúrgico temprano se asocia una tasa de infección mayor.